EL ASOMBROSO PODER DECORATIVO DE UN FRISO DE MADERA
Instalar un friso de madera (o DM) en un recibidor, unas escaleras, un aseo de invitados, un office, o un dormitorio infantil (por poner sólo algunos ejemplos) es una pequeña reforma, muy asequible en tiempo y en dinero, que sin embargo cambiará completamente la apariencia de ese espacio y le aportará mucha personalidad.
Si además de su valor estético, tienes en cuenta las grandes ventajas prácticas que conllevan los frisos de madera, tanto de aislamiento térmico y acústico como de protección de las paredes, puede que decidas no pensártelo más y lanzarte a la piscina. Para hacerte más fácil la decisión, en este post te doy algunas pistas que te pueden ayudar.
Los frisos más usuales consisten en un conjunto de listones o lamas de madera machihembrada que se instalan sobre unos rastreles y que están rematados en su zona inferior por el rodapié y en su zona superior por una cornisa o listón decorativo.
No obstante, aunque la descripción anterior responde al friso “tipo”, a continuación llamo tu atención sobre otras posibilidades mucho menos utilizadas, y con las que se pueden conseguir resultados sorprendentes:
- Instalación de friso de madera en techos, por ejemplo en buhardillas y porches, aportando mucha calidez al espacio.
- Instalación de frisos o zócalos de madera que no están formados por lamas, sino por paneles de madera sobre los que se pueden delimitar zonas cuadrangulares a base de junquillos, como los de la última fotografía de este post.
- Panelado de paredes completas, como la del espectacular comedor de la fotografía de abajo, en el que las paredes causan un efecto sorpresa, potenciado por el contraste entre las horizontalidad de las lamas de la parte de abajo y la verticalidad de los paños de la parte de arriba.
Además, de estas variaciones determinadas por la altura del friso, o la zona en la que se coloca, es importante que diferencies entre un friso de madera y un friso de DM.
El friso de madera, normalmente de pino o abeto, está más indicado para ambientes rústicos en los que tiene interés percibir los nudos e incluso la textura natural de la madera. Puede presentar distintos acabados (natural, barnizado, pintado o encerado), pero en todo caso requerirá un mantenimiento periódico, cado 2 ó 3 años.
En contraposición, los frisos de DM, o base de conglomerado, son especialmente indicados en ambientes urbanos, en los que el acabado que se busca es similar al lacado o satinado. Además tienen la ventaja de no requerir ningún tipo de mantenimiento, pudiéndose limpiar con un paño húmedo y detergente neutro.
¿Y aparte de la estética, qué me aporta un friso de madera?
La madera o el DM tienen propiedades aislantes, por lo que al instalar un friso de madera o de DM evitarás que la superficie sobre la que se coloca pierda energía, y estarás consiguiendo incrementar su eficiencia térmica y su protección frente a la humedad.
Además, la madera o el DM, aíslan de los ruidos del exterior y absorben las ondas sonoras evitando reverberación (piensa en los auditorios o palacios de música que utilizan madera en sus paredes y techos para optimizar la calidad de su sonido).
Por último, pero no menos importante, un friso de madera constituye una protección extraordinaria para paredes sometidas a impactos, arañazos o simplemente proclives a recibir el apoyo de manos o de pies, como por ejemplo en un dormitorio infantil, o en una escalera.
En la fotografía de la izquierda, te muestro un pequeño office en el que el friso constituye un complemento indispensable de la bancada de madera. Con esta solución conjunta, se consigue optimizar el espacio, aprovechando el ángulo formado por las dos paredes, a la vez que éstas quedan protegidas y se facilita el apoyo de la espalda de los comensales.
¿En qué habitaciones y estilos decorativos encaja un friso de madera?
Creo que las fotografías que te he ido enseñando a lo largo de este post son un buen ejemplo de la versatilidad de este recurso decorativo, que lo mismo se puede emplear en dormitorios que en aseos o en comedores y combina estupendamente tanto con pintura en las paredes como con papel pintado.
Además, los frisos de madera son igualmente adaptables a diferentes estilos. Para que lo puedas comprobar, te muestro dos nuevas fotografías sobre las que te propongo que te detengas por unos momentos.
El salón en tonos blancos y neutros es un buen ejemplo de un estilo natural con un toque rústico. La combinación del friso alto de la pared frontal con continuidad en el friso instalado bajo la ventana, de la alfombra de fibra natural, de los visillos vaporosos colgados de la barra de forja y de los sillones en posición enfrentada, consigue crear un ambiente relajado que invita a la conversación.
En contraposición, el recibidor con la pared completamente panelada en madera, es un claro ejemplo de estilo sofisticado y urbano. En este ambiente, se consigue un efecto muy impactante gracias al juego de blancos y negros y a la disposición geométrica de los elementos. En especial, destaca el gran espejo enmarcado en el cuadrado central que forma la moldura y que también delimita el ancho de la consola. Por último, la moldura horizontal corrida delimita la altura de la consola y de las sillas de los laterales, transmitiendo sensación de equilibrio.
¿Cómo se instala un friso de madera?
En general, los frisos de madera constituidos por lamas de madera machihembrada, no son particularmente difíciles de instalar, aunque requieren paciencia y tiempo.
No se instalan directamente sobre la pared, sino sobre unos rastreles o listones de madera que se fijan a la pared mediante tacos y tornillos y que consiguen que haya una cámara de aire entre el friso y la pared que evite humedades. Los rastreles se colocan en posición perpendicular a las lamas del friso, sin que estén separados entre sí por más de 50 centímetros. Si la pared presenta desniveles, previamente hay que nivelarla con pasta niveladora.
Las partes de la instalación que requieren mayor pericia son:
- Los cortes y cajeados necesarios para salvar enchufes, radiadores, ventanas u otros elementos.
- Los remates: las cornisas o listones decorativos para la terminación superior, los guardavivos para las esquinas y los rodapiés para la parte inferior.
En el caso de los frisos de paneles, con formas cuadrangulares hechas con junquillos sobrepuestos, la instalación es mucho más complicada, por lo que te recomiendo que no dudes en contratar un carpintero o un ebanista, para que el resultado sea profesional.
Tanto si quieres instalar un friso de lamas, como un friso o zócalo de paneles, en el departamento de reformas de Entrecolores estamos a tu disposición para darte presupuesto o resolverte cualquier duda. Pídenos información y te ayudaremos.
Espero que este post te haya resultado de utilidad.
¡Gracias!